Un aula Montessori es un lugar emocionante para estar. Hay muchos recursos interesantes y hermosos con los que los niños pueden trabajar. Hay muchos libros interesantes sobre una amplia variedad de temas, como insectos, plantas, animales, diferentes países, historia, etc. Sin embargo, no se utilizan libros de texto, cuadernos de trabajo ni hojas de ejercicios. En cambio, los niños trabajan con muchos materiales concretos que les ayudan a aprender a través de un proceso activo. Al utilizar estos materiales, los niños pueden hacer sus propios libros, dibujar sus propios mapas o líneas de tiempo y desarrollar sus propios proyectos. Como resultado, el aula es un lugar ocupado y feliz. Dado que el aula está bien organizada, con la intención de hacer que todos los materiales sean visibles y accesibles para los niños, estos pueden encontrar lo que desean y trabajar sin tener que esperar al maestro.
En un aula Montessori, es posible que veas a algunos niños leyendo mientras otros hacen matemáticas. Algunos niños pueden estar estudiando hormigas mientras otros escuchan música clásica con auriculares. Todos los niños están comprometidos en una actividad con propósito que conduce y desarrolla la inteligencia. Los materiales dispuestos en el aula han sido cuidadosamente diseñados con un propósito educativo en mente. Debido a esto, los niños son libres de pasar de una actividad a otra. No necesitan esperar tareas de los maestros.
En un aula Montessori, mientras los niños están ocupados en actividades con propósito, el maestro o guía está libre para ayudar a individuos o pequeños grupos. El maestro no está atado a una rutina de presentar una serie de lecciones en grupo a toda la clase. El aula se centra en la actividad en lugar de en el maestro. El trabajo del maestro es preparar el aula, poner los materiales a disposición y luego observar a los niños para determinar cómo ayudar. El maestro no necesita evaluar a los niños, ya que es fácil ver cómo están progresando al observar sus actividades.
En un aula Montessori, mientras los niños están ocupados en actividades, el maestro tiene información inmediata y actualizada sobre cada niño sin que se pierda tiempo de aprendizaje ni se imponga la amenaza del fracaso al niño. Sin la amenaza del fracaso y con tantas cosas interesantes por hacer, los problemas de disciplina desaparecen y se forma una comunidad social amigable y cooperativa. La cooperación en lugar de la competencia se convierte en el tono del aula y las relaciones adversarias se desvanecen para convertirse en amistades.
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Referencia: Montessori World Educational Institute www.montessoriworld.org